regresan a la clase y nunca hay suficiente tiempo para que ellos compartan todo lo que descubrieron. A menudo algún estudiante me desafía en forma amigable: —Dr. Hendricks le apuesto que jamás ha visto esto —él está pensando que tampoco ni Juan Calvino ni Martín Lutero tuvieron la más mínima idea al respecto. Y después de que relata una preciosa verdad extraída del texto, usted nunca ha visto a un profesor de seminario que se emocione como yo. Pero, ¿qué hacemos algunos de nosotros con una persona
Page 50